
Pino centenario en el Arroyo de Calamocarro
Publicado en el diario digital El Pueblo de Ceuta, el 18 de mayo de 2025, por Anselmo F. Caballero
Los espacios reconocidos por la Unión Europea como de necesaria protección no podrán ser declarados Zonas de Especial Conservación hasta que no se aprueben sus planes de gestión
Transcurrido un cuarto de siglo desde el año que da nombre a la Red Natura 2000, ninguno de los espacios protegidos por este sistema ecológico europeo en Ceuta cuenta con un plan de ordenación que garantice su desarrollo y preservación.
Natura 2000 nació como una red de áreas de conservación diseñadas para la protección de la biodiversidad en los países de la Unión Europea. Creada al amparo de la llamada Directiva de Hábitats de mayo de 1992, se estructura en torno a dos tipos de espacios. Las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) son lugares que albergan especies de aves silvestres necesitadas de conservación. Las Zonas de Especial Conservación (ZEC), concebidas como espacios donde pueden encontrarse tipos de hábitat naturales o especies de especial valor, son declaradas por cada país a partir de los denominados Lugares de Importancia Comunitaria (LIC). Los LIC pasan a convertirse en ZEC cuando se aprueba su plan de gestión.
La protección de la Red Natura 2000 alcanza al LIC-ZEPA de Calamocarro-Benzú y al LIC de la zona marítimo-terrestre del Monte Hacho, que integra el espacio “Acantilados Monte Hacho”, catalogado como ZEPA.
La superficie declarada como LIC en Ceuta ocupa 1.473 hectáreas, 634 de las cuales corresponde al área terrestre. Esta extensión supone el 32% del territorio del municipio. Las Zonas de Especial Protección de Aves (ZEPA) son dos. Su delimitación coincide con la porción terrestre de los LIC.
La demora en la aprobación de los planes de ordenación de estos enclaves, imprescindibles para la conversión de los Lugares de Importancia Comunitaria en Zonas de Especial Conservación, fue motivo de la advertencia que en julio de 2020 lanzó la Comisión Europea. Las autoridades comunitarias alertaron de que España no había cumplido con su obligación de declarar todas las ZEC en el plazo inicialmente previsto de ocho años. Bruselas señalaba los casos de Aragón, Valencia y Ceuta.

“Nuestro caso resulta especialmente dramático, porque tratándose de un territorio tan pequeño llama la atención que el porcentaje de cumplimiento haya sido cero”, protesta el presidente de la asociación Septem Nostra, José Manuel Pérez Rivera.
La elaboración de un plan de ordenación de los recursos naturales y de gestión resulta indispensable para la plena integración en la Red Natura 2000 de los espacios reconocidos en Ceuta como de especial protección. Su declaración como ZEC consagra el reconocimiento a su alto valor ambiental y la necesidad de garantizar su preservación a largo plazo.
Diagnóstico y usos
El trabajo previo a la declaración de ZEC exige una previa y precisa identificación de los espacios protegidos y sus características. Además, resulta preciso elaborar un diagnóstico sobre su estado de conservación y sus procesos ecológicos y geológicos, entre otras determinaciones. Y, finalmente, han de describirse los usos compatibles con su preservación que se pueden hacer de estos espacios.
El consejero de Fomento, Medio Ambiente y Servicios Urbanos, Alejandro Ramírez, reconocía durante una sesión plenaria de la Asamblea celebrada el pasado abril que los planes de gestión cuya aprobación exige la Unión Europea seguían sin estar aprobados. Ramírez explicó que el Gobierno municipal había encargado la redacción de los planes había sido encomendada a la sociedad pública Tragsatec en 2023.
Tantos años después, el trabajo todavía no ha concluido.

Un intento fallido
La Ciudad intentó iniciar el procedimiento para la aprobación del Plan de Ordenación de Recursos Naturales y de Gestión (PORNG) del LIC-ZEPA Calamocarro-Benzú hace poco más de un lustro. La necesidad de cumplir con los mandatos de la Unión Europea, que exige a los países miembros dotarse de esta regulación para incorporar sus espacios naturales protegidos de manera integral a la Red Natura 2000, llevó al Gobierno municipal a encomendar la redacción del documento a la empresa Prointec. Sin embargo, el esfuerzo resultó baldío. Desacuerdos sobre el trabajo desarrollado por los técnicos de la firma dio al traste con el propósito de las autoridades municipales.
El documento alumbrado por Prointec establecía que la zonificación contemplada en el PORNG posibilitaría posteriormente la integración plena en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) con el propósito de que se respetasen los criterios de prevalencia del documento sobre planeamiento urbanístico.
El procedimiento cayó, finalmente, en vía muerta para decepción del movimiento conservacionista local. El presidente de Septem Nostra, José Manuel Pérez Rivera, considera que la paralización de cualquier intención de regulación tiene una explicación.
“Da la sensación de que lo que no se quiere es que existan cortapisas -argumenta Pérez Rivera- Una ordenación supondría condicionar la ejecución de determinados proyectos, por lo que no hay interés es que se regulen con detalle: creo que por ahí van los tiros”.
Proceso de conversación
Uno de los aspectos más relevantes de la aprobación de los planes de ordenación y gestión de los espacios de la Red Natura 2000 es el concerniente a la regulación de los usos que puede hacerse de estos territorios sin comprometer su preservación.
La utilización irreflexiva de los parajes naturales incluidos en estos espacios ha tenido consecuencias nefastas para el patrimonio medioambiental de la ciudad. El Monte de la Tortuga, por ejemplo, ha sido escenario de grandes incendios provocados por el uso del territorio como campo de tiro para los ejercicios militares. “Cosas como esta pasan, precisamente, porque no existe un documento en el que se diga: ‘Señores, esto se puede hacer, esto no se puede hacer’ -argumenta el presidente de la asociación ecologista Septem Nostra, José Manuel Pérez Rivera- Parece de sentido común que en un espacio protegido sensible no deberían hacerse prácticas con fuego real”.
Una de las fases del proceso que debe desembocar en la integración plena de los espacios LIC-ZEPA en la Red Natura 2000 mediante su conversión en ZEC es la de la puesta en común de todos los agentes concernidos en la regulación del territorio. Este proceso de conversación no ha llegado a darse en Ceuta. “Son muchas personas con intereses distintos que deben dar su opinión -explica Pérez Rivera- Cada uno puede opinar lo que quiera pero, claro, no se puede poner al mismo nivel de otras la opinión, por ejemplo, de un cazador que considere que hay que pegarle tiros a todo lo que se mueva”.